domingo, 15 de julio de 2012

Dulce libertad casera.

Quien no ha sentido esa sensación tan magnifica de llegar a casa y decir : Agh joder, al fin, estaba harta de andar.
Llegar a tu habitación, desprenderte de tus sandalias favoritas y desabrocharte el cinturón de esos pantalones vaqueros tan monos que te compraste en stradivarius por 19.95 , que son incomodisimos, pero eso si...te ves guapa con ellos.
Quitarte la camiseta, esa tan floreada y colorida, comprada en las rebajas, una ganga...¿No? Desabrocharte el sujetador y tirar toda la ropa a la cama pensando que ya lo recogerás y después dejarla en la silla, en esa que usas como perchero. Coger el pijama, que está fresquito y ponertelo, coger una coleta y hacerte el moño más feo habido y por haber, pero tu, estás comodisima sin que te importe el que dirán.

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